Es posible que haya oído hablar de personas que sólo compran aceite de oliva sin filtrar porque dicen que es mejor, pero ¿es eso realmente cierto?
Como ya sabrá, el aceite de oliva es el zumo exprimido de la aceituna. La aceituna se somete a varias etapas para convertirse en el aceite que conocemos y amamos: limpieza, molienda, malaxado, separación y, por último, si se desea, filtración.
He aquí las principales diferencias entre el aceite de oliva sin filtrar y el filtrado:
El aceite de oliva sin filtrar o aceite en rama, contiene agua y todavía tiene partes de la aceituna que le dan un aspecto turbio. Al cabo de un tiempo, este sedimento se hundirá de forma natural en el fondo (lo que se denomina trasiego). Debido a las partículas de aceituna restantes que siguen fermentando en la botella, la vida útil del aceite de oliva sin filtrar es más corta que la del filtrado, por lo que es mejor consumirlo lo antes posible.
Algunos aceites se asientan más rápido que otros, pero esto no es indicativo de calidad. Eso tiene que ver con el tipo de aceituna, la humedad de la aceituna, la profundidad del aceite, la temperatura de almacenamiento y muchos otros factores.
El aceite de oliva filtrado no contiene partículas de la aceituna, por lo que su aspecto es cristalino. Para filtrarlo, el aceite se hace pasar por una gruesa capa de algodón o un filtro de malla. Como no hay partículas de aceituna en fermentación en el aceite de oliva filtrado, su vida útil puede llegar a los dos años.
En términos de beneficios para la salud, no hay nada malo en ninguno de los dos. Es posible que haya oído que el aceite de oliva tiene algo muy beneficioso: un compuesto vegetal llamado polifenol. Los polifenoles no polares se encuentran y se disuelven en los ácidos grasos, mientras que los polifenoles polares se encuentran en el agua vegetal. El aceite de oliva no filtrado contiene ambos polifenoles, mientras que el filtrado sólo contiene polifenoles no polares.
