¿Sabes cual es el origen del aceite de oliva? Quédate con nosotros para saber su procedencia y descubir alguna curiosidad más. El aceite de oliva, a diferencia de otros aceites vegetales, se extrae de un fruto y no de una semilla. La palabra «aceite» procede del árabe «az-zait», que se refiere al zumo de las aceitunas. Pero Homero acuñó el famoso término «oro líquido» para describir el aceite de oliva hace miles de años. Este aceite es un componente central y distintivo de la dieta mediterránea, una de las más saludables que existen. Además, es una dieta que fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO en 2012.
Descubriendo el origen del aceite de oliva
Las aceitunas silvestres se originaron en Asia Menor (la mayor parte de la actual Turquía) hace aproximadamente 6.000 años. Históricamente, el aceite de oliva se utilizaba para muchos fines, como los rituales religiosos, las medicinas, el combustible de las lámparas de aceite, la fabricación de jabón y la aplicación para el cuidado de la piel y el cabello.
Según Reviews in Environmental Science and Biotechnology, el olivo moderno probablemente se originó en la antigua Persia y Mesopotamia, y luego se extendió hacia Siria e Israel en la cuenca mediterránea, donde se cultivó y posteriormente se introdujo en el norte de África. Algunos estudiosos sostienen que el cultivo del olivo se originó con los antiguos egipcios. También se han encontrado aceitunas en tumbas egipcias de 2.000 años antes de Cristo.
Descubriendo el origen del aceite de oliva: Las primeras producciones
Las primeras ánforas de aceite de oliva que se conservan datan del 3.500 a.C., aunque se supone que la producción de aceite de oliva comenzó antes del 4.000 a.C. En el año 3.000 a.C., en Creta, el olivo se cultivaba ampliamente y era un producto muy apreciado. El cultivo del olivo en Creta se generalizó en el periodo post-palaciego y desempeñó un papel importante en la economía de la isla, al igual que en todo el Mediterráneo.
Descubriendo el origen del aceite de oliva: La expansión del aceite de oliva
Pero fue en la antigua Grecia donde el olivo, su fruto y el aceite de oliva alcanzaron la importancia que tienen hoy en día. No es casualidad que estos elementos aparezcan representados en las monedas o en las tumbas como símbolos de inmortalidad.
Curiosamente, incluso se entregaban coronas de ramas de olivo a los atletas durante los Juegos Olímpicos. Además, algunas de las ramas que se entregaban a los vencedores eran siempre cortadas con un cuchillo de oro por un niño de 12 años cuyos padres aún vivían.
Durante este evento deportivo, los atletas se frotaban el cuerpo con Aceite de Oliva antes y después de la competición para prepararse para un masaje, una costumbre que ha sobrevivido con el paso del tiempo. Hoy en día, los masajes con Aceite de Oliva son muy comunes y son tan apreciados como entonces.
La religión también contribuyó a consolidar el olivo y el aceite de oliva en la cultura popular. Según la mitología griega, fue el dios menor Aristeo el responsable de la difusión del Aceite de Oliva por la Península Balcánica, el Mar Egeo y, posteriormente, Cerdeña y Sicilia. No es casualidad, pues, que se le considere el inventor del aceite de oliva y de la prensa utilizada para extraerlo.
Durante la época del Imperio Romano, el uso del aceite de oliva comenzó a expandirse por toda la cuenca mediterránea hasta llegar a Hispania (nombre que recibía España cuando era una provincia del Imperio Romano), una región que producía «oro líquido» de máxima calidad. La España actual, que es el mayor productor mundial de aceites de oliva, continúa esa tradición.